Aromastic

El Aromastic tiene el tamaño de un mechero y cuenta con un cartucho intercambiable que contiene cinco fragancias. La idea básica es utilizar cartuchos adaptados a los efectos deseados (inspiración; aumento de la vitalidad; descanso; etc.). Esto no tiene nada que ver con un difusor convencional y la novedad aquí es que el stick de Sony se transforma en un difusor personal para uso individual. Así, varias personas en una misma habitación pueden oler aromas diferentes, sin que las interacciones olfativas sean impuestas por los demás. El Aromastic libera un único soplo de fragancia que no va más allá de la nariz del usuario, lo que permite disfrutar de una experiencia sensorial única y personal sin tener que sentir las fragancias que elija el acompañante.

Después de hacer que la música fuera «portátil» con su Walkman, SONY repite la jugada con los aromas.

Cuando decimos «aromas», hablamos por supuesto de François Chartier.

Cuando la empresa japonesa se puso en contacto con François Chartier, fue para buscar diferentes aplicaciones para su nueva creación, el Aromastic. Inspirado, a Chartier no le faltan ideas. Gracias a su ciencia aromática, creará varias fragancias en colaboración con SONY, a través de Ogawa Flavors and Fragrances, la empresa japonesa más antigua especializada en aromas y fragancias.

Fragancias únicas para eventos únicos.

Con su sensibilidad, su nariz y su conocimiento de las moléculas aromáticas, François Chartier desarrollará aromas que permitirán a los usuarios de Aromastic vivir una experiencia de realidad aumentada en contextos específicos, en tres dimensiones, para una inmersión completa.

Así fue con motivo de la exposición La cocina de Picasso, organizada por el Museo Picasso de Barcelona en el verano de 2018. Gracias a la ciencia de François Chartier y al Aromastic de Sony, los visitantes pudieron descubrir las obras del genio malagueño no solo con la vista, sino también con el olfato. Oler para ver a Picassso fue el tema orquestado por Chartier. Una experiencia única que permitió a todos, incluidos los invidentes y los discapacitados visuales, sumergirse en las obras (esculturas y pinturas) de este inmenso artista, cuyo periodo cubista transformó la visión del arte en la historia. También con motivo de esta exposición, el Aromastic se utilizó durante tres meses en el restaurante barcelonés Caelis del chef Romain Fornell con el menú especial Oler para saborear a Picasso, creado desde cero por la ciencia aromática de Chartier, en el que el sentido del olfato complementa al del gusto para disfrutar de una experiencia sensorial más intensa.

François Chartier también utiliza el difusor Sony en conferencias por todo el mundo (Austin, Montreal, Barcelona, Tokio, etc.), ya que el Aromastic pone de relieve el vínculo inquebrantable entre olor y sabor. Se trata de una obra única y exclusiva, que puede desarrollarse para infinidad de aplicaciones, ya que el mundo de los aromas es muy amplio.

¿Cuándo se podrá oler para ver a Van Gogh? ¿Oler para escuchar a Mozart ? ¿Oler para ver la obra de Orson Welles? ¿Oler para escuchar a Miles Davis? ¿Oler para comprender a Frank Lloyd Wright?